Qué es la huella de carbono y su impacto en empresas

La huella de carbono es, en esencia, el inventario completo de gases de efecto invernadero (GEI) que tu empresa genera, y se mide en toneladas de CO₂ equivalente (CO₂e). Pero no te quedes solo con la definición técnica. Piénsalo más bien como un indicador clave de rendimiento que dice mucho sobre la eficiencia operativa, los riesgos que enfrenta tu negocio y su capacidad para adaptarse al nuevo entorno de sostenibilidad.

Entenderla a fondo es, sin duda, el primer paso para navegar las nuevas reglas del juego en México.

Por qué la huella de carbono es ahora un factor de negocio

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Hasta hace poco, medir la huella de carbono era visto como una iniciativa voluntaria, algo «bueno de tener» dentro de la responsabilidad social corporativa. Eso ya cambió. Hoy es una necesidad tanto comercial como regulatoria, impulsada principalmente por normativas financieras que ahora exigen integrar el riesgo climático en los reportes corporativos.

El contexto en México es claro. Las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) se han disparado. En 1960, el país emitía unas 63,116 kilotoneladas (KT). Para 2016, esa cifra alcanzó un pico alarmante de 555,997.73 KT. Aunque vimos una ligera baja a 487,770 KT en 2022, el volumen sigue siendo enorme y presiona hacia una regulación más estricta. Si te interesan los datos históricos, puedes ver la evolución completa de las emisiones de CO2 en México en este enlace de Trading Economics.

La nueva era de los reportes con las NIIF S1 y S2

Las Normas Internacionales de Información Financiera S1 y S2 vinieron a cambiarlo todo. Para las grandes corporaciones que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), el reporte de la huella de carbono ya no es opcional y debe ser exhaustivo, abarcando no solo sus operaciones directas sino toda su cadena de valor.

Para entender esto, es fundamental conocer los tres «alcances» que definen de dónde vienen las emisiones.

Desglose de los alcances de la huella de carbono

La metodología del GHG Protocol, que es la base para los reportes bajo las NIIF, clasifica las emisiones en tres categorías. Entenderlas es clave para saber qué tienes que medir.

Alcance (Scope)Descripción de EmisionesEjemplo Práctico para una Empresa
Alcance 1Emisiones directas que provienen de fuentes que la empresa posee o controla.El consumo de gasolina de la flotilla de reparto o el gas natural usado en las calderas de la planta.
Alcance 2Emisiones indirectas generadas por la producción de la energía que la empresa compra.La electricidad que se consume en las oficinas, bodegas o centros de producción.
Alcance 3Todas las demás emisiones indirectas que ocurren en la cadena de valor de la empresa.Viajes de negocios, la producción de las materias primas compradas y, crucialmente, las emisiones de los proveedores.

Como puedes ver, los requerimientos van mucho más allá de las cuatro paredes de tu empresa.

El Alcance 3 es el que está generando el mayor impacto en la cadena de suministro. Las grandes empresas ahora deben exigir a sus proveedores, sin importar su tamaño, que calculen y reporten su propia huella de carbono.

El efecto dominó para los proveedores

Aquí es donde todo se conecta. Para muchísimos proveedores y pymes, esta será la primera vez que se enfrenten a la tarea de calcular sus emisiones. Y las consecuencias de no hacerlo son directas y muy tangibles.

No tener este cálculo puede significar la pérdida de contratos que ya tienes. Peor aún, podría cerrarte la puerta a nuevas licitaciones y oportunidades con los clientes corporativos que ahora lo exigen.

En pocas palabras: comprender qué es la huella de carbono y cómo medirla ya no es una opción. Se ha convertido en un requisito indispensable para ser competitivo, asegurar relaciones comerciales y demostrar un compromiso real con la sostenibilidad que el mercado, y tus clientes, ahora demandan.

El impacto de las NIIF S1 y S2 para empresas en México

Las reglas del juego en México están cambiando. Lo que antes era un reporte de sostenibilidad opcional, casi una declaración de buenas intenciones, ahora es un requisito financiero con dientes, uno que puede impactar directamente la estrategia y la viabilidad de cualquier negocio. Las responsables de este giro son las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) S1 y S2.

Estas normativas, en pocas palabras, le dan al reporte de sostenibilidad el mismo peso que a los informes financieros de toda la vida. Para las grandes corporaciones que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), esto significa que ya no es suficiente medir sus emisiones directas. Ahora tienen la obligación de reportar su huella de carbono completa, incluyendo el famoso y temido Alcance 3.

La reacción en cadena del Alcance 3

El Alcance 3 es la pieza que lo cambia todo. Abarca todas las emisiones indirectas que se generan a lo largo de la cadena de valor de una empresa. Piensa en todo: desde los viajes de negocios hasta, y esto es lo crucial, las emisiones de sus proveedores.

Y es justo aquí donde tu negocio, sin importar el tamaño, entra en escena.

Para que las grandes empresas puedan cumplir con las NIIF, no les queda de otra: tienen que exigir a sus socios comerciales, incluyendo a las pymes, que midan, reporten y gestionen su propia huella de carbono.

Esto ha desatado un efecto dominó clarísimo: la obligación de un corporativo se transfiere directamente a su cadena de suministro. Si quieres seguir siendo su proveedor, medir tu huella de carbono ya no es una opción, es una condición para hacer negocios.

Este cambio ha sido gradual pero imparable. El crecimiento en la divulgación de la huella de carbono por parte de las empresas mexicanas lo dice todo. En 2007, apenas un 17% de las compañías del índice IPC reportaban su huella. Una década después, para 2017, la cifra se había disparado a casi el 100%. Es una prueba contundente de cómo el mercado y la regulación se están alineando. Si te interesa profundizar, puedes checar los detalles del reporte de huella de carbono en México en este análisis de S&P Global.

El costo de no hacer nada es real y tangible

Ignorar esta nueva realidad no es una estrategia. Para muchas empresas, sobre todo pymes, esta será la primera vez que se enfrenten a la necesidad de hacer un cálculo de emisiones. Las consecuencias de no estar listo son serias y se manifiestan en escenarios muy concretos.

Imagina esto: eres una empresa manufacturera que lleva años como proveedor de una gran ensambladora de autos. Llega la renovación del contrato y la ensambladora, para poder cumplir con su reporte NIIF S2, te pide tu informe de huella de carbono. Si no lo tienes, te arriesgas a perder un contrato vital que ha sostenido tu operación durante años.

O piensa en este otro caso: una empresa de logística que quiere competir en una licitación para un gran supermercado. Uno de los requisitos indispensables es presentar un plan de reducción de emisiones, basado en un cálculo verificado de su huella de carbono. Sin ese cálculo, ni siquiera calificas para presentar tu oferta, quedando fuera de una oportunidad de crecimiento clave.

Estos no son casos hipotéticos, es la nueva normalidad de los negocios en México. Por si fuera poco, regulaciones locales como el impuesto por emisiones en Querétaro añaden más presión y costos. Si quieres saber más, tenemos una guía completa sobre el impuesto por emisiones a la atmósfera en Querétaro.

En resumen, calcular la huella de carbono dejó de ser un tema ambiental para convertirse en un factor de competitividad y supervivencia en el mercado.

Cómo iniciar el cálculo de la huella de carbono

Empezar a calcular la huella de carbono puede sonar como una tarea titánica, pero en el fondo es un proceso bastante lógico y ordenado. El secreto está en entender que no tienes que medirlo todo de golpe. La clave es delimitar el alcance del análisis y arrancar con la información que ya tienes a la mano.

Lo primero es siempre definir los límites operacionales de tu medición. Esto no es otra cosa que decidir qué operaciones, instalaciones y fuentes de emisión vas a incluir. ¿Vas a medir solo tu planta de producción o también las oficinas corporativas? ¿Toda tu flotilla de vehículos o solo una parte? Poner estas reglas claras desde el inicio te da enfoque y evita que te pierdas en el camino.

Una vez que tienes los límites claros, lo que sigue es la recopilación de datos de actividad. Esta es la información cuantitativa que, en la mayoría de los casos, ya vive en tus registros contables y operativos.

Dónde encontrar tus datos de actividad

No tienes que empezar de cero; mucha de la información que necesitas ya está en tus archivos. Los datos de actividad son la materia prima de tu cálculo, y los encuentras en documentos del día a día:

  • Facturas de servicios: Tus recibos de luz de la CFE te dicen cuántos kilowatts-hora (kWh) consumiste.
  • Registros de combustible: Las facturas de gasolina o diésel te dan los litros comprados para tu flotilla.
  • Bitácoras de viaje: Los kilómetros recorridos en viajes de negocio son un dato clave para el Alcance 3.
  • Reportes de compras: Las toneladas de materia prima que adquiriste son fundamentales para entender las emisiones de tu cadena de suministro.

La fórmula es bastante directa: Dato de Actividad x Factor de Emisión = Emisiones de GEI. El verdadero reto no está en la matemática, sino en la calidad y la disciplina para recopilar esos datos.

El Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero (INEGYCEI) de México es un buen ejemplo de la magnitud de este proceso a nivel país. Este inventario reportó un aumento del 54% en las emisiones de GEI entre 1990 y 2015, alcanzando las 683 MtCO2e. Es importante notar que no solo se mide CO₂, sino también otros gases como el metano o el carbono negro. Esto demuestra por qué es tan vital usar factores de emisión estandarizados y actualizados para un cálculo preciso. Puedes profundizar en la metodología y los hallazgos del inventario en el portal del Gobierno de México.

El desafío de los datos del Alcance 3

Mientras que los datos para el Alcance 1 y 2 (como tu consumo de gas o electricidad) suelen estar bajo tu control directo, el Alcance 3 es el verdadero reto, sobre todo para las pymes. Aquí es donde mides las emisiones de toda tu cadena de valor, como las que generan tus proveedores.

Esta infografía muestra cómo las distintas fuentes de emisión, desde la industria hasta el transporte, contribuyen a la huella de carbono total.

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La imagen lo deja claro: tus emisiones no solo vienen de lo que haces dentro de tus cuatro paredes, sino de un ecosistema completo de actividades conectadas.

Conseguir datos precisos de tus proveedores puede ser un dolor de cabeza, porque muchos de ellos quizá nunca han calculado su propia huella. En estos casos, lo común es usar promedios de la industria o factores de emisión basados en el gasto, aunque esto le resta precisión al cálculo final.

Un consejo práctico: No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno. Empieza con los datos que tienes y los que puedes conseguir fácilmente. Un primer cálculo, aunque no sea 100% exacto, te dará una base sólida para ir mejorando año con año.

Dar este primer paso es fundamental para cumplir con las nuevas exigencias del mercado. Si buscas una guía más detallada o una herramienta que te facilite el trabajo, puedes echarle un vistazo a nuestra página sobre la estimación de huella de carbono. Ahí te explicamos cómo puedes automatizar este cálculo para que sea más rápido y preciso.

Automatiza tu cálculo para mayor precisión y eficiencia

Ya que tienes claros los fundamentos, el siguiente paso lógico es buscar la eficiencia. Y si tu primer instinto es abrir una hoja de cálculo, te pido que te detengas un momento. Créeme, el cálculo manual es un camino lento, lleno de errores humanos que pueden salir muy caros y, sobre todo, es una pesadilla a la hora de auditar y actualizar.

Aquí es donde la tecnología se convierte en tu mejor aliada. Este proceso ya no tiene por qué ser esa carga operativa que consume semanas enteras de tu equipo.

Más allá de las hojas de cálculo

Las plataformas especializadas en gestión de huella de carbono, como Dryas, están diseñadas precisamente para eliminar toda esa fricción. Estas herramientas se encargan de automatizar la recolección de datos, utilizan factores de emisión específicos para México (y siempre actualizados) y generan los reportes que necesitas para cumplir con las NIIF S1 y S2 en cuestión de minutos. No semanas.

De pronto, un ejercicio que parecía de mero cumplimiento se transforma en una fuente de inteligencia de negocio. Al digitalizar el proceso, obtienes una visión clara y en tiempo real del impacto de toda tu operación.

La automatización ya no es un lujo; es una necesidad competitiva. Te permite invertir menos tiempo en la talacha de recopilar datos y más tiempo en tomar decisiones estratégicas que de verdad mejoren tu negocio.

La inteligencia detrás de los datos

Una plataforma automatizada te da mucho más que un simple número para reportar. Te ayuda a:

  • Identificar ‘puntos calientes’ de emisiones: Descubre al instante qué áreas, procesos o proveedores son los que más contribuyen a tu huella.
  • Simular escenarios de reducción: ¿Qué pasaría si cambias tu flotilla a vehículos eléctricos o instalas paneles solares? Puedes modelar el impacto de estas iniciativas antes de invertir un solo peso.
  • Optimizar costos: La eficiencia energética y la reducción de emisiones casi siempre vienen de la mano con ahorros operativos directos. Es un ganar-ganar.

Cálculo manual vs. plataforma automatizada (Dryas)

La diferencia en el enfoque y en los resultados es abrumadora. Para que no quede duda, preparé una comparación directa que muestra los beneficios tangibles de usar una solución tecnológica frente al método tradicional.

CaracterísticaCálculo Manual (Hojas de cálculo)Plataforma Automatizada (Dryas)
Recopilación de DatosProceso manual, propenso a errores de dedo y que consume una cantidad brutal de tiempo.Conexión directa con sistemas de facturación para una captura automática y libre de errores.
Factores de EmisiónRequiere búsqueda y actualización manual, con el riesgo de usar datos obsoletos o incorrectos.Base de datos de factores siempre al día y específica para las regulaciones de México.
Generación de ReportesLento, necesita diseño manual y es muy difícil de estandarizar para presentar a auditores.Reportes auditables y alineados con el GHG Protocol y NIIF generados en minutos.
Análisis EstratégicoMuy limitado. Es casi imposible identificar tendencias o simular escenarios de reducción de forma ágil.Paneles de control interactivos que te muestran los ‘puntos calientes’ y te dejan simular estrategias.

Al final del día, la automatización te quita de encima la carga administrativa. Te da el poder de la información para tomar decisiones más inteligentes, mejorar tu desempeño ambiental y, fundamentalmente, fortalecer tu posición en el mercado.

Convierte tu huella de carbono en una ventaja competitiva

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Seamos claros: medir la huella de carbono ya no es solo para cumplir con la normativa. Hoy, es una de las herramientas estratégicas más potentes que tienes para diferenciar tu negocio, sobre todo con las nuevas exigencias de las NIIF S1 y S2 que ya son una realidad en México.

El mercado se está moviendo. Los grandes corporativos, ahora con la obligación de reportar sus emisiones de Alcance 3, están analizando con lupa toda su cadena de suministro. ¿Qué significa esto en la práctica? Que tus clientes más importantes te evaluarán no solo por precio y calidad, sino también por tu desempeño ambiental.

De requisito a oportunidad de negocio

Tener un cálculo preciso y verificado de tu huella de carbono te da una ventaja competitiva inmediata. Piénsalo: para muchos de tus competidores, este es un terreno nuevo y complicado. Si te adelantas y tienes tu reporte listo, te posicionas como un socio comercial confiable, preparado para lo que viene.

No es una simple suposición, es la nueva realidad del mercado. Las empresas que no puedan entregar esta información se arriesgan a consecuencias muy reales:

  • Perder contratos vigentes con clientes que ahora necesitan auditar las emisiones de toda su cadena de valor.
  • Quedar fuera de licitaciones y nuevas oportunidades de negocio donde la sostenibilidad ya es un requisito indispensable.

Por otro lado, gestionar tus emisiones de forma proactiva te abre puertas. Te convierte en el proveedor ideal para las empresas que buscan reducir su propio Alcance 3 y, de paso, fortalecer su reputación en sostenibilidad.

Medir tu huella no es un gasto, es una inversión en la resiliencia de tu negocio. Demuestra que tu empresa entiende las nuevas reglas del juego y está lista para ser parte de la solución, no del problema.

Más allá de los contratos: ahorros operativos y reputación

La gestión de la huella de carbono también destapa beneficios internos muy tangibles. Cuando analizas de dónde vienen tus emisiones, inevitablemente encuentras ineficiencias operativas. Corregir esos «puntos calientes» de emisiones casi siempre se traduce en ahorros directos.

Un ejemplo práctico: optimizar tus rutas logísticas no solo baja el consumo de combustible (y con ello, las emisiones de Alcance 1), sino que también reduce tus costos operativos. Lo mismo pasa si mejoras la eficiencia energética en tus oficinas o plantas; disminuyes tu huella de Alcance 2 y, al mismo tiempo, tu recibo de luz.

Además, un compromiso real y demostrable con la sostenibilidad fortalece tu marca. Te ayuda a atraer talento que quiere trabajar en empresas con propósito y genera confianza en clientes e inversionistas, quienes cada vez le dan más peso a los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Y si tu meta es ir un paso más allá, existen opciones como la compensación de carbono para neutralizar el impacto que no se puede reducir.

Resolviendo tus dudas sobre la huella de carbono y las NIIF

Sabemos que adentrarse en el cálculo de la huella de carbono y en normativas como las NIIF S1 y S2 puede generar un mar de preguntas. Es normal. Aquí vamos a despejar las dudas más comunes que nos encontramos en el día a día, sobre todo si eres proveedor de una gran empresa aquí en México.

¿Mi pyme realmente tiene que calcular su huella de carbono?

La respuesta corta es: sí. Aunque la obligación legal directa, la que te puede meter en problemas con la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), recae sobre las grandes corporaciones, la realidad del mercado es otra.

Piensa en tus clientes más grandes. Ellos están obligados a reportar sus emisiones de Alcance 3, que no son otra cosa que la huella de carbono de toda su cadena de valor. Y adivina qué: tú eres parte de esa cadena. Para que ellos puedan cumplir, necesitan tus datos. Esto convierte el cálculo de tu huella en un requisito comercial, una condición para seguir haciendo negocios.

¿Y qué hago si no tengo todos los datos del Alcance 3?

Bienvenido al club. Este es, por mucho, el reto más grande para casi todas las empresas. El Alcance 3 te pide datos de actividades que están fuera de tu control directo, como las emisiones de tus proveedores de materia prima o de la paquetería que usas. Es muy probable que ellos ni siquiera sepan de qué les estás hablando.

No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno. El GHG Protocol, que es la biblia en esto, lo entiende y permite usar datos secundarios. Puedes empezar con promedios de tu industria o factores de emisión basados en cuánto gastas. Una estimación bien fundamentada es infinitamente mejor que un reporte en blanco.

¿Qué pasa si mi cliente principal me lo pide y no lo tengo?

Aquí es donde la cosa se pone seria. Las consecuencias son directas y afectan tu cartera. No tener tu cálculo de huella de carbono te pone en una posición de riesgo inmediato.

  • Puedes perder contratos: Así de simple. Tu cliente, presionado por cumplir, podría empezar a buscar proveedores que sí tengan esta información lista, dejando fuera a los que no.
  • Quedas fuera de nuevas oportunidades: Cada vez más, las licitaciones y concursos para nuevos proyectos incluyen la presentación de un inventario de GEI como un requisito no negociable. Sin él, ni siquiera puedes participar.

En pocas palabras, calcular tu huella de carbono dejó de ser algo «bonito de tener» para convertirse en un factor de supervivencia y crecimiento en el nuevo entorno de negocios en México.


El cálculo y reporte de la huella de carbono ya no es opcional, es estratégico. Con Dryas, puedes automatizar este proceso en cuestión de minutos, garantizando que cumples con las NIIF y transformando la sostenibilidad en una ventaja real para tu negocio. Descubre cómo en https://dryas.co.

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